Fisicoculturismo
Por lo general la idea que tiene la sociedad de una persona que practica dicho “deporte” es de sujetos narcisistas, de bajo coeficiente intelectual y escasas metas en la vida. Desde mi observación particular he podido comprobar que esto no es más que un inmenso mito y una de las cosas que ha enturbiado la imagen de esta actividad. Cierto es que habrá personas que contengan dichas características pero respecto a eso hago alusión a la frase popular: “De todo hay en la viña del señor”.
Fisicoculturismo es la actividad física encaminada al máximo desarrollo muscular, tanto masculina como femenina, esta actividad nace a lo largo del siglo XX diferenciándose claramente de otras actividades físicas relacionadas con las pesas. Mientras los demás deportes fijan su objetivo en los levantamientos pesados, el fisiculturismo tiene como objetivo el logro de un desarrollo muscular completo y equilibrado que sea expresión de fuerza y proporción corporal. Conocido también como culturismo.
Es una actividad que se suele realizar en gimnasios, y cuyo fin suele ser la obtención de una musculatura fuerte y definida, así como mantener la mayor definición y simetría posible de la misma. También se suele llamar musculación a la actividad encaminada a hipertrofiar el músculo (su diferencia con el culturismo radica en que la musculación no exige poses como objetivo del trabajo muscular).
Doctor Luis Montaño. El galeno, director de Activa Biomédica Wellness Center y especialista en medicina deportiva, aclara que el fisicoculturista debe tener un entrenamiento especial marcado por la disciplina y una nutrición a base de proteínas que ayudan a formar el tejido muscular.
Refiriéndose al uso de los esteroides, el médico es contundente al afirmar que esos anabólicos son a base, principalmente de estimuladores de crecimiento bovino y ahí es donde está el problema. En pocas palabras “los culturistas utilizan productos diseñados para animales y hacen crecer sus músculos de una forma no sana”. Con esto la persona juega con su salud, asegura.
“Los anabólicos son ayudas ergogénicas que hacen que el rendimiento físico cuando se hace ejercicio sea superior al que no los utiliza. A corto plazo produce efectos como el crecimiento muscular y el mejoramiento de la condición física”.
A mediano plazo —agrega— se empieza a contaminar el cuerpo porque se sobrecarga la capacidad del hígado y del riñón que son los encargados de sacar los tóxicos del cuerpo. “El riñón comienza a sufrir filtrando proteínas. Cómo se manifiesta eso: en un examen de sangre que muestre elevación de la creatinina; es decir con filtración de proteína renal alta”.
Sobre el hígado, comenta el galeno que este trata de metabolizar las proteínas pero termina haciendo una sobrecarga de sus enzimas que ocasionan intoxicación y mal funcionamiento del órgano.
“A largo plazo podría ocasionar cambios a nivel celular como cáncer de hígado y riñón. A nivel glandular o endocrino se generan salidas anómalas como hormonas de crecimiento por ejemplo, o de la tiroides. También se puede presentar baja del deseo sexual, problemas de erección, crecimiento del corazón o hipertrofia del músculo cardiaco, que a su vez produce menor capacidad de bombeo y por consiguiente, deficiencia en la condición física”.
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